Una historia que vale la pena contar
Este fin de semana descubrí un proyecto precioso en Benidoleig del que me apetece hablar. En él está involucrado Marc Fuster. Marc es hijo de Ferran Fuster arquitecto de la Font d’en Carrós con despacho en Gandía al que yo conocí cuando empezaba en esto, allá por 1989. Le tengo un gran aprecio, le considero un maestro, un amigo y algo así como mi hermano mayor en lo profesional.
Y ahora su hijo Marc está desarrollándose entre otros en el proyecto de econstrucción, una aventura de unos locos procedentes de la arquitectura, la ingeniería y las ciencias ambientales con unos objetivos comunes:
- Recuperar las técnicas constructivas más tradicionales, sostenibles y respetuosas con nuestro entorno.
- Investigar y desarrollar proyectos en el ámbito de la bioarquitectura.
- Realizar y ejecutar proyectos sostenibles, basados en la utilización de materiales locales, de bajo coste y tecnología de mínimos.
- Formar y divulgar las técnicas de bioconstrucción. Arquitectura del suelo. Construcción con cañas comunes.
- Rehabilitar y conservar el patrimonio utilizando técnicas novedosas y materiales locales y sostenibles.
- Profesionalizar el sector de la bioconstrucción colaborando con profesionales de otros ámbitos y voluntarios.
Quedé completamente impresionado al ver la ilusión, el coraje y las ganas que le están metiendo a este fantástico proyecto. Caña a caña están construyendo algo único y demostrando que se puede seguir construyendo, y hacerlo sin depredar el territorio.
Y quiero felicitarles públicamente y animar personalmente a Marc, en quien me veo reflejado hace unos años cuando empezaba de la mano de su padre. Mejor maestro no puedes tener, aprovéchalo.
Os dejo el enlace a su web y a su facebook. Echad un vistazo, vale mucho la pena.