Un estudio de arquitectura en el jardín de casa
Puede sonar descabellado o que lleve a pensar en un jardín de varias hectáreas. Sin embargo, el arquitecto canadiense Oliver Dang ha demostrado que es posible construir un espacio de trabajo perfecto en el pequeño hueco en la parte de atrás de su casa al que, difícilmente, podemos llamar jardín.
El área está cerrada por una valla de madrear ente dos árboles. La misma madera es la que ha usado para construir el pequeño edificio de apenas 9,3 m2.
En la fachada frontal las láminas se disponen de manera vertical llegando a un techo inclinado asimétrico. Una puerta de marco blanco da la bienvenida al recinto.
Dentro, el equipo necesitaba aprovechar todo el espacio al máximo, por eso se instalaron tablas verticales convertibles fácilmente en pequeñas estanterías.
La mesa de dibujo está situado bajo la ventana principal y las del techo para conseguir la mayor cantidad de luz natural. Junto a ella, se dispone la mesa de trabajo con ordenador, más estrecha pero con varias alturas para los diferentes monitores.
El resultado es un diseño brillante, que aprovecha el espacio y que ayuda a la conciliación familiar del propio arquitecto.