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Contexto Nos encontramos con un pequeño local de planta rectangular, situado en una esquina del centro urbano y caracterizado por su desnivel entre el interior y la calle. A primera vista, se trataba de un espacio reducido y con ciertas limitaciones, pero también con un gran potencial para convertirse en un lugar singular. Desde el inicio se planteó la idea de habilitarlo como una barra de bar típica de nuestra zona: un punto de encuentro cercano, auténtico y con carácter, que evocara la esencia de los bares de antaño y al mismo tiempo dialogara con la vida actual del barrio. La premisa era clara, recuperar ese espíritu tradicional.
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Desarrollo Apostamos por recuperar la esencia de los locales de antaño, reinterpretándola desde una mirada actual. Para ello seleccionamos materiales tradicionales que transmiten cercanía y autenticidad: cerámica tradicional, tejidos naturales, gráficas marmóleas y la madera como hilo conductor de todo el proyecto. La combinación de texturas, colores y acabados busca conectar con la memoria de los bares de siempre.
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Resultado El resultado es un espacio acogedor y lleno de identidad, que revive la atmósfera de los bares tradicionales con un lenguaje actual. La Barreta se convierte así en un lugar de encuentro cercano, donde la autenticidad se refleja tanto en el diseño como en la experiencia. El uso de materiales nobles y detalles cuidados aporta calidez y carácter, invitando a disfrutar de los productos de cercanía en un entorno que combina tradición y modernidad.
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