Philip Johnson y la Casa de Cristal
Será difícil hablar de un único estilo arquitectónico tratándose de Philip Johnson. Y es que, si por algo ha destacado en toda su carrera profesional, ha sido por su habilidad para identificar tendencias y dejarse llevar por las mismas, pero sin casarse con ninguna de ellas. De hecho, puede que no sea el mejor arquitecto de Norteamérica, pero sí el más famoso.
Su primera carrera no fue arquitectura, sino filosofía. Al acabar, comenzó su polifacética trayectoria profesional como crítico, autor, historiador… hasta que entró como director del Departamento de Arquitectura del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMa) en 1932. En esta época organizó una de las exhibiciones arquitectónicas más influyentes de la época, a la vez que conoció al historiador del arte Henry-Russell Hitchcock con quien escribió el libro “International Style”, movimiento arquitectónico del que es considerado padre.
Fue en 1940 cuando comenzó a estudiar arquitectura, y unos años más tarde sorprendió a todos con una de sus obras más célebres: su propia casa, más conocida como Glass House. Para esta composición Jhonson reconoció haberse inspirado en un diseño que había hecho su mentor, Mies van der Rohe, unos años antes: la Farnsworth House.
Esta casa de estilo internacional, está considerada como una de las primeras obras más brillantes de la arquitectura moderna. Destaca su simplicidad y minimalismo, con un sublime juego de transparencias y reflejos que convierte en un único espacio al hogar y su entorno.
El Edificio Seagram, el Teatro David H.Koch, los Jardines de Agua de Fort Worth, el Centro del Banco América, el Edificio AT&T (Torre Sony) y las Torres Kio en Madrid, son otras de las grandes aportaciones que Johnson ha dado a este gremio.
Su singular recorrido profesional no dejó a nadie indiferente, y fue distinguido por ello con la medalla de oro del American Institute of Architects en 1978, y un año después, se convirtió en el primer arquitecto en recibir el Premio Pritzker.
En la recogida de este último reconocimiento, Philip señaló que “Hay algunas civilizaciones que han sido recordadas solo por sus edificios, es un poder que tiene la arquitectura”, y tan solo hace falta echar un vistazo a su legado para comprobar que con él pasará lo mismo.