Marion Lucy Mahony: pinceladas de talento.

21 Apr, 2023

Nacida en Chicago en 1871, Mahony se convirtió en la segunda mujer en recibir el título de arquitectura en el MIT y la primera que ejerció como arquitecta en Illinois.

Además, también debió haber sido reconocida como una de las grandes figuras del urbanismo moderno, pero la represión de la época otorgó a su entonces marido, Walter Burley Griffin, los galardones que esta talentosa mujer cosechó en la sombra.

Mahony llegó al mundo justo después de un terrible incendio que arrasó su ciudad natal, y este hecho determinó para siempre su modo de entender la arquitectura. Primero, porque su familia se mudó al campo y allí desarrolló la obsesión por la naturaleza que mantuvo en todo su trabajo, y segundo, porque fue el llamado Great Rebuilding (la gran reconstrucción) de la ciudad a cargo de arquitectos lo que le animó a estudiar esa profesión.

Tanto para ella, como para su cónyuge y socio Griffin, la idea de una civilización moderna venía de la mano de que cada persona tenía que vivir en casas que estuvieran en sintonía con la naturaleza, y se involucró en la sociedad Antroposófica, en la que se persigue la creatividad de la humanidad y la no destrucción de la naturaleza.

Bajo este prisma, ambos se mudaron juntos en 1914 a Australia para desarrollar el mayor proyecto de sus carreras: la construcción de la nueva capital de Australia, Canberra.

 

Entre sus obras, también merecen una distinción especial el Teatro Capitol de Melbourne, la Villa Koehne en Palm Beach, la Ferm Room de Café Australia en Melbourne, y la ya demolida Iglesia Unitaria de Evanston, en Illinois.

 

Aparte de su talento arquitectónico, Mahony también era una excelente proyectista. De hecho, las litografías del Wasmuth portfolio (1910) que tanta fama le dieron al arquitecto americano, fueron diseñadas en realidad por ella. Sus acuarelas delicadas, influidas por la pintura japonesa, son de hecho uno de sus mayores legados.

Tras la muerte de su esposo, volvió a Australia donde pasó los últimos 24 años en casa de su hermana. Nunca quiso hablar de sí misma ni de su trabajo como arquitecta, sino de su marido. Murió el 10 de agosto de 1961, no sin antes dejar escrita su biografía en un libro al que llamó Art Institute of Chicago: The magic of America.