Los Reyes Magos, una festividad llena de tradiciones
No importa la edad que tengamos, los Reyes Magos nos gustan a todos. Y con muchas razones. Y es que, esta mágica noche del cinco de enero está para vivirla con ilusión, y sobre todo, con tradición.
El primer paso a seguir dura todo el año, y es posiblemente el que más nos cueste un poco: portarnos bien. O de lo contrario, nadie se libra de recibir un trocito de carbón de parte de nuestros queridos (o ya no tanto) Reyes Magos.
A medida que se van acercando las Navidades, llega el momento de poner en marcha la segunda tradición: la carta. Encabezada por “Queridos Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar” y seguida por nuestra lista de deseos, sin perder la ocasión de nombrar lo buenos que hemos sido para merecerlos, por supuesto. Aquí toca sacar a relucir nuestro poder de convicción y esperar a ver el resultado.
En la tarde del cinco de enero llega otra de las tradiciones más esperadas: la Cabalgata. Sus Majestades, a bordo de impresionantes carrozas, reparten caramelos y juguetes a todos los asistentes, mientras sus pajes recogen las cartas de los niños más rezagados.
Al acabar el desfile, toca volver a casa y preparar los últimos detalles antes de ir a la cama. Por un lado, dejar los zapatos en el árbol para que Melchor, Gaspar y Baltasar puedan dejar dulces dentro, y por otro, prepararles un tentempié para que recuperen fuerzas antes de ir a la siguiente parada. Un poco de agua y pan para los camellos, y un vasito de leche y turrón para los cansados Reyes es el menú más común, aunque siempre podemos dar rienda suelta al ingenio y probar con otros alimentos.
El seis de diciembre por fin amanece y da paso al mejor momento de todos: abrir los regalos. Juguetes para unos, ropa para otros, alguna experiencia personalizada o dinero son los tópicos que nunca fallan. Y para poner la guinda a este feliz momento, nada mejor que un buen Roscón de Reyes y un chocolate caliente para desayunar en familia.