El ritual del agua en un Onsen japonés
En Kanazawa existe un lugar mágico en el que reina el agua, en el que todo es calma y el bienestar y el cuidado personal son primordiales. Se trata de un Onsen, el equivalente a las saunas nórdicas en Japón, un espacio de culto para el ritual del agua, la purificación y la belleza. Todo está pensado y diseñado para crear una atmósfera de relajación absoluta: vistas a un entorno único, ambiente misterioso que te transporta a una era antigua, formas líquidas…
Inmerso en el desierto circundante encontramos un ejemplo típico de arquitectura tradicional: frijoles de madera oscura, puertas corredizas de papel shoji, árboles niwaki a través de las ventanas. Y en el interior, todo diseñado para el ritual, una sucesión de baños revitalizantes para limpiar y calmar cuerpo, mente y espíritu.
Hay alrededor de 30.000 fuentes termales repartidas por todo el país, la mayoría de origen volcánico. Pero la singularidad de estos espacios es que para ser considerado un Onsen "oficial", el agua debe estar al menos a 25°C y contener al menos uno de los 19 elementos curativos como azufre antibacteriano, hierro curativo de la piel o calcio recuperador de la barrera lipídica.
Usado tradicionalmente como una ceremonia de purificación de la mente y el espíritu en las prácticas sintoístas, los Onsens se incorporaron más tarde a los ritos budistas y luego evolucionaron para convertirse en un ritual social y de autocuidado.
Una filosofía que todos deberíamos aplicarnos de vez en cuando, ¿no creéis? Nosotros, solo de descubrirlo ya nos hemos relajado.