El metro de París: Las Icónicas entradas de Guimard
Ninguna visita a París está completa sin descubrir uno de los sistemas de transporte público más antiguos, eficientes y elegantes del mundo: el Metro de París. Este icónico medio de transporte no es solo una forma práctica de moverse por la capital francesa, sino también un símbolo cultural profundamente arraigado en la historia de la ciudad. Más allá de sus vagones y túneles, el metro parisino es una auténtica galería subterránea de arte y arquitectura. Entre sus elementos más distintivos destacan los emblemáticos letreros y entradas de estilo Art Nouveau, que han cautivado a viajeros y fotógrafos de todo el mundo.
El origen artístico del Metro de París
La historia detrás de los icónicos letreros Art Nouveau
París es célebre por su arquitectura monumental: la Torre Eiffel, el Museo de Orsay, el Arco del Triunfo y Centre Pompidou. Sin embargo, su excelencia arquitectónica no se limita a las grandes estructuras. A nivel más íntimo, la ciudad también sorprende con detalles artísticos en rincones inesperados, como las entradas del metro diseñadas por el arquitecto Hector Guimard a principios del siglo XX. Estas entradas son una muestra viva del movimiento Art Nouveau —también conocido como Arte Moderno—, caracterizado por su inspiración en la naturaleza, el uso de líneas curvas, formas orgánicas, asimetría y una fuerte intención decorativa. Guimard plasmó todos estos elementos en sus diseños, convirtiendo simples accesos al metro en verdaderas obras de arte.
¿Quién fue Hector Guimard?
El pionero del Art Nouveau francés
Nacido en Lyon en 1867, Hector Guimard ingresó a los 15 años en la École nationale supérieure des arts décoratifs de París, donde comenzó a forjar su estilo. Se convirtió en uno de los principales exponentes del Art Nouveau gracias a proyectos como el Castel Béranger y el diseño urbano de la Villa de la Réunion. En estos trabajos, Guimard mostró su pasión por la estética orgánica, utilizando curvas sinuosas, siluetas inspiradas en la vegetación, y una preferencia por la asimetría armoniosa. Este lenguaje visual se convertiría en su sello personal, visible en cada una de sus creaciones para el metro parisino.
Diseños únicos: entradas del “Paris Métropolitain”
Un encargo que cambió el rostro urbano de París
Con la inauguración del Metro de París en 1900, la ciudad necesitaba entradas visibles, modernas y elegantes. El encargo fue claro: diseñar accesos “tan elegantes como fuera posible”. Guimard cumplió con creces, utilizando hierro forjado y moldeando sus diseños con un característico color verde que evoca el latón envejecido.
Sus diseños se dividieron en dos estilos principales:
1. Entradas tipo Édicule
Estas estructuras techadas, parecidas a pequeños pabellones, combinan funcionalidad y arte. Algunas incluyen vitrales y detalles ornamentales que las convierten en auténticos refugios modernistas en plena calle.
2. Entradas tipo Entourage
Más minimalistas pero igualmente impactantes, las entradas entourage consisten en dos postes curvos que evocan tallos de plantas, coronados por esferas rojas brillantes que recuerdan ojos de insectos o botones florales. Un arco superior une ambos postes, sosteniendo el letrero “Métropolitain” en una tipografía Art Nouveau que ha pasado a la historia.
Un legado en riesgo y su renacimiento
A pesar del reconocimiento internacional que tienen sus obras hoy en día, Hector Guimard no siempre fue valorado en su país. Tras la Segunda Guerra Mundial, el auge del desarrollismo urbano llevó a la demolición de muchas de sus estructuras. Fue en los años 60 cuando comenzó un movimiento de redescubrimiento de su legado, gracias a historiadores, artistas y amantes del diseño que lucharon por preservar su obra.
El Hôtel Mezzara: futuro museo dedicado a Guimard
Una de las joyas de Guimard es el Hôtel Mezzara, construido en 1910 para el industrial Paul Mezzara. Esta residencia privada, una obra maestra del Art Nouveau, será el hogar del primer museo dedicado al arquitecto. Se espera su apertura para finales de 2027, ofreciendo al público más de 750 m² de arte y arquitectura en estado puro. El edificio conserva una impresionante escalera metálica coronada por un techo de cristal, así como un salón amueblado por el propio Guimard, con vistas a un tranquilo jardín. La apertura del museo promete consolidar el lugar de Guimard entre los grandes artistas de la Belle Époque.
Conclusión: Un viaje artístico en cada estación
Explorar el Metro de París es mucho más que usar el transporte público. Es sumergirse en un universo donde el arte, la historia y la funcionalidad se entrelazan. Gracias a la visión de Hector Guimard, cada entrada del metro se convierte en una puerta al pasado glorioso de la arquitectura francesa.
La próxima vez que visites París, no solo mires hacia la Torre Eiffel: observa las curvas elegantes de una entrada al metro y recuerda que, en esta ciudad, el arte también está bajo tierra.