Decoradores en Dénia. ¿Dónde mejor?
Es una de las preguntas que con mayor frecuencia están saliendo en mis conversaciones de trabajo con mis clientes de fuera de Dénia: ¿y en Dénia se puede trabajar bien? Y yo siempre respondo con la misma pregunta, ¿y por qué no se iba a poder trabajar bien? Y más en estos tiempos tan dospuntocero. ¿Y no te vendría mejor estar en Valencia o Alicante? Pues no, oiga. Porque uno que se dedica a esto de los espacios sabe perfectamente dónde está el suyo.
Dénia, y perdonad mi ataque de pertenencia, es una ciudad genial para cualquier tipo de trabajo creativo. No solo decoradores, interioristas o arquitectos, sino también cocineros (y no solo Quique Dacosta, otro día os hablaré de mi rincón gastronómico favorito: el baret de Miquel), diseñadores, pintores, escritores... encuentran en esta ciudad un buen lugar para trabajar y desde el que exportar su creatividad al resto del país.
No sé qué les moverá a ellos, pero yo aquí encuentro, además de mi tierra y mi gente, un lugar genial para pensar y sobre todo, para dejar de hacerlo. Los que me conocéis sabéis que a la mínima que puedo estoy dando saltos por la montaña. Y es ahí, entre brinco y brinco, donde se me suelen aclarar más y mejor las ideas.
Leía esta semana una entrevista a Dacosta en la que contaba que sale a correr cada mañana junto a la playa. Y que la mayor parte de su inspiración le viene de su entorno. Evidentemente desde aquí no tienes la posibilidad de ir a tantas exposiciones, inauguraciones, museos, actos sociales y demás que si vivieras en Madrid, Valencia o Barcelona, pero yo tampoco lo echo en falta. Para tener ideas lo que necesitas es la cabeza en su sitio, no una copa de cava en la mano, ¿no os parece?
Eso sí, las cosas como sean, un trenecito hasta Gandía nos iría genial.
Yo mi estudio no lo cambio por nada del mundo. En mi barrio, en mi pueblo, a solo 5 minutos del mar y con el Montgó a tiro de piedra. Y desde aquí estamos teniendo la gran suerte de emprender proyectos en Ceuta, en Madrid, Andorra, Valencia o Barcelona. Y sin problemas. Muchas veces caemos en el snobismo de estar donde están todos para que se fijen en ti, cuando quizás lo que deberíamos pensar es en estar donde te apetece estar, haciendo lo que te apetece hacer.
Y seguro que así se fijan más en tu trabajo, que es lo que cuenta.
Bueno, y después de este alegato turístico que bien merece que el Ayuntamiento me invite a una gamba roja, me despido, que estoy viendo una senda escarpada que me llama y me reta. En Dénia, claro.
Amunt!