Así es la nueva sede de la Escuela de Diseño LCI en Barcelona
El pasado mes de octubre se daba por inaugurado el nuevo campus de la Escuela de diseño LCI Barcelona, situado en el barrio de Sant Gervasi. De esta forma se ha querido posicionar como una de las mejores escuelas internacionales de diseño en su nueva sede europea.
La escuela se ha asentado en un edificio que cuenta con 2.700m2 distribuidos en 2 plantas y 20 aulas, diseñadas según las necesidades de cada especialidad de las clases de diseño que se imparten en la escuela: Interiores – Producto – Gráfico – Moda.
Este proyecto ha sido diseñado por Circulas Studio, encargados de llevar a cabo todo el diseño de interior, escogiendo un enfoque pragmático con cuatro factores básicos: un tiempo reducido, presupuesto, diseño y calidad, en un espacio que antes había sido utilizado como oficinas públicas.
Si os fijáis en los detalles de las imágenes, podréis comprobar que se han aprovechado al máximo los materiales existentes, ya no solo para ganar en coste, sino también pensando en la sostenibilidad. Desde las mamparas antiguas que se han lacado de blanco, hasta los pavimentos, carpintería, falsos techos e incluso baños. Con una solución que ha dejado el interiorismo de la escuela con un toque personal y diferenciador gracias al juego de contrastes que han conseguido entre interior y exterior, entradas de luz y espacios a contraluz con el uso de los blancos y negros que juegan a enmarcar, esconder o potenciar los espacios.
La nueva sede de la escuela de diseño LCI tiene capacidad para formar a un total de 820 alumnos, 420 estudiantes en el turno de la mañana y 400 en el de la tarde. Y es que además de las aulas especializadas y todo el equipamiento que se ha utilizado para cubrir todas las necesidades de la escuela, también dispone de todos los servicios y comodidades: biblioteca, sala de estudios cafetería y zona de exposición.
Del diseño gráfico y toda la señalética de la escuela se ha encargado el estudio Soon In Tokio, que ha partido de la premisa de usar lenguaje y códigos locales a pesar de la globalidad de la escuela.
Un resultado de interiorismo que aplaudimos y que nos ha dejado encantados con los contrastes, materiales, uso de los espacios y el respeto por lo que ya había. Un espacio para aprender a lo grande y con las mayores comodidades. Se puede decir que es un lujo contar con una de las sedes de las mejores escuelas de diseño internacionales en nuestro país.