Así es el hotel perfecto para una escapada a la Provenza
Si eres de los que deja las vacaciones para septiembre y tienes la suerte de poder desplazarte a un sitio cercano, el recién estrenado hotel Roches Rouges es tu sitio. Ubicado en la Costa Azul, entre Saint Tropez y Cannes, esta construcción de la década de 1950 es una pequeña joya en el Mediterráneo proyectada por el prestigioso estudio de arquitectura parisino Festen (Hugo Sauzay y Charlotte de Tonnac). El estudio ha rehecho la estructura, eliminando los detalles de ornamentación innecesarios y también las reformas realizadas en las décadas de 1980 y 1990 y dando el protagonismo al azul del Mediterráneo que inunda las habitaciones a través de los grandes ventanales.
Desde el lujo discreto del naranja, el amarillo limón o el ocre, el hotel mira al mar y lo recrea con una piscina natural que nace en la línea de rocas y que es perfecta para una primera inmersión tranquila. El hotel también cuenta con una segunda piscina para que los nadadores habituales no echen en falta la rutina deportiva durante su estancia, un limpio rectángulo de un solo carril.
Las habitaciones del Roches Rouges son cálidas, acogedoras, con detalles prestados del entorno como las vasijas de barro o los cestos de rafia. Los azulejos azul marino del baño conviven con superficies de mármol nítidas y la luz se refleja en las paredes blancas, iluminando los momentos de lectura y reposo.
Las cartas de sus dos restaurantes se inspiran en un famoso libro culinario publicado en 1963, La cuisine provençale de tradition populaire, del poeta René Jouveau. Y todos sus platos se realizan con ingredientes de los productores locales, desde los quesos hasta el aceite de oliva. Y, de hecho, los pescadores locales entregan la pesca diaria.
Sin duda un lugar en el que perderse y, quién sabe, quedarse.