Aeron, la silla de Herman Miller que cambió el paradigma de las sillas ergonómicas
La silla Aeron de Herman Miller sigue siendo la referencia de cualquier silla de oficina que quiera ser ergonómica. Y lo decimos nosotros que la usamos día a día y nuestra espalda está encantada.
Pero su fama va más allá, podemos verla en muchas películas americanas en despachos o en torres de control de aeropuertos; e incluso las personas que no conocen nombres de fabricantes de mobiliario de oficina, ni han tenido contacto con el mundo de la planificación de espacios de trabajo, conocen esta silla por su nombre.
Se presentó en el año 1994 y desde ese momento revolucionó la industria del mobiliario de oficina. Fue la primera silla de trabajo ergonómica que sustituyó el tejido y las espumas con un material elastomérico trenzado (la malla que ocupa el respaldo y el asiento y que se denominó Pellicle).
Tuvo tanto éxito que el diseño de la Aeron se incorporó inmediatamente a la colección permanente del MoMA. Y aún hoy, más de veinticinco años después, la silla de Herman Miller sigue siendo considerada por mucho la mejor silla de oficina del mundo. Si buscamos, de hecho, comparativas de sillas ergonómicas en YouTube encontraremos que incluso los gamers la valoran como la mejor. Eso ya es decir, porque si hay alguien que pasa mucho tiempo sentado hoy en día, son ellos.
Y es que la fama de la Aeron no es casualidad, tanto la trayectoria como su filosofía ayuda a entender cómo se llegó a la creación de la que sigue siendo considerada por muchos como la mejor silla de trabajo del mercado. Así que vamos a repasar su historia.
En 1939 Herman Miller empezó a fabricar la que se llamó “Eames Shell Chair” (Silla Concha, de Charles y Ray Eames), la primera silla de plástico producida en serie. El aluminio, el contrachapado moldeado, el plástico… cualquier material es idóneo si se presta atención a sus posibilidades y se explora cómo se puede adaptar al cuerpo humano y a los flujos de trabajo. En este momento Herman Miller dejó claro que su apuesta por la investigación, la innovación, los materiales, constituía parte integrante de su ADN.
En 1976 un diseñador industrial de cuarenta años llamado Bill Stumpf diseñó para Herman Miller la silla Ergon, basada en años de estudio del cuerpo humano. Una silla que ofrecía lo que el propio Stumpf llamaba “una íntima comodidad en el sentarse”.
Y 18 años después de la revolución que supuso Ergon, el mismo Bill Stumpf se asociaría con Don Chadwick para diseñar la nueva generación de sillas cambiando para siempre el paradigma de las sillas ergonómicas y colocando a la silla Aeron de Herman Miller en una categoría en si misma, en la que a partir de ese momento se mirarían todas las demás empresas.